Con tu última luz del día,
con tu último aliento,
nos dejas paso a la noche,
a lo que ella nos envía.
Esos destellos finales,
que tan profundos son,
se graban como fuego,
incendiando mi interior.
Con ese fuego encendido,
abrazo a la noche que mandas,
dejando que ella me envuelva,
llevándose estas llamas.
Ella libera mis fuegos,
los moldea para mi,
transformándolos en deseos,
devolviéndolos de nuevo a mi.
Estos deseos anidan,
dentro de mi corazón,
desgarrando mis sentidos,
para amarte con pasión.
Kris
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